¿Por qué a las mujeres nos cuesta tanto llegar a ocupar puestos directivos?
¿Por qué, cuando se consigue llegar a esos puestos, muchos de los empleados/as, al ser preguntados, prefieren tener como jefe a un hombre que a una mujer?
¿Por qué liderar, siendo mujer, sigue resultando tan difícil en nuestros tiempos?
Tras poder acompañar en procesos de coaching a cientos de mujeres con cargos de responsabilidad dentro de la empresa y otras muchas empresarias, he llegado a la siguiente conclusión, que deseo que para muchas sea esclarecedora y aporte una nueva hoja de ruta para que asumir nuevos roles y que sus liderazgos sean constructivos, sanos y exitosos.
1.- En primer lugar, hay muchas mujeres que, como tú, lectora, están pensando en este preciso instante en promocionar o en hacerse empresaria.
En primer lugar tienes que saber a ciencia cierta, si quieres ese cargo y después creer que puedes conseguirlo y hacerlo.
Para ello hay que aprender a ESTAR PRESENTE y HACERTE VISIBLE.
Pedir y demandar con seguridad que queremos ascender, promocionar o mejorar en nuestra carrera profesional.
Muchas de la mujeres líderes con las que he trabajado, o bien anteriormente eran las perfectas segundas de abordo o no destacaban aparentemente entre sus compañeros; papeles que bordaban con brillantez, pero que no las satisfacían enteramente.
Por ello te pido que:
no silencies tu voz y que aprendas a creer en ti y en tus posibilidades.
Si ese es tu camino y es lo que quieres, no dudes ni un segundo, alza tu mano y postúlate como candidata.
Que esta acción fundamente el resto de tu carrera profesional: hazte visible.
2.- Si diste el primer paso y la empresa tiene en cuenta tu candidatura para la promoción, recuerda saber NEGOCIAR bien todos los pormenores de tu futura nueva situación.
Es decir, si puedes previamente, intenta formarte en habilidades comunicativas y técnicas de negociación; te aseguro que van a ser grandes aliadas en tu vida.
Infórmate sobre tu nuevo cargo, construye preguntas poderosas, trabaja un breve argumentario con tus puntos fuertes y defiende tus intereses como parte de los intereses de la empresa. La igualdad de condiciones en cargos similares debe ser una máxima en tu negociación.
3.- Una vez asumas tus nuevas responsabilidades, sé AGRADABLE PERO COMPETITIVA. Muchas directivas, en su afán de demostrar que son competentes, olvidan la esencia que les puede ayudar en el desempeño de su cargo como responsables.
Asumir roles demasiado masculinos no siempre es garantía de éxito, y muchas veces no casan con nuestra energía o nuestra manera de ser.
La mano izquierda, la empatía y la sensibilidad no están reñidas con tener carácter, fuerza y ser competitiva.
Aúna estas dos vertientes, son como el yin y el Yang; el equilibrio perfecto.
4.- Si ya eres directiva o estás liderando un equipo de personas, quizás hayas tenido que lidiar con el tan temido SÍNDROME DEL IMPOSTOR. Este síndrome está especialmente presente en el sexo femenino, sobre todo en mujeres de éxito, pero también puede padecerlo cualquier persona.
Aparece cuando tendemos a pensar que nuestros logros fueron fruto del azar, que todo lo que has cosechado fue simplemente un tema de suerte, que cualquier persona puede hacerlo mejor que tu, que todo lo que has conseguido ha sido debido a factores externos…
Esas creencias lo que esconden es básicamente inseguridad, falta de autoestima, “ no llegar a estar a la altura” y objetividad y se transforma en un “ miedo a ser descubierto”. Algunos estudios confirman que gran parte de la población pasa por un periodo así en su vida laboral; sobretodo cuando empieza un trabajo nuevo o asume un rol de mayor responsabilidad o distinto.
Preguntas como:
“¿Qué va a pasar cuando se den cuenta que no soy tan buena como dije? ”
“¿Cómo voy a hacer para demostrar que lo puedo hacer, cuando realmente yo sé que no soy capaz de hacerlo?”
Para superar esa situación aprende a valorarte, haz una lista de tus logros y anota que es lo que tuviste que hacer tu para conseguirlos, entiende y acepta que no tienes porque conocer todas las respuestas y prémiate ante cada reto diario que consigas.
Sandra Marín
Coach, Formadora y Consultora de Empresas